Hace tres semanas, cuando el Real Madrid dio el golpe en Holanda y le ganó al Ajax un partido durísimo en el que no había merecido llevarse los tres puntos, el ciclo de Santiago Solari al frente del equipo vivía su pico de efectividad.
Pisaba fuerte en el juego de ida de octavos de la Champions League, tenía la chance de aspirar a ganar la Copa del Rey y se animaba a pelear por una Liga que parecía perdida. Pero desde ese momento hasta la actualidad se le cruzó en el camino Barcelona y todo cambió.
Tres clásicos y ninguna flor dejaron como balance la eliminación en la Copa del Rey y otro duro cachetazo en el certamen doméstico. Por eso el margen se achicó antes de lo previsto. Y el DT argentino debe dar exámenes a cada paso.
La revancha ante el Ajax de Nicolás Tagliafico en el Santiago Bernabéu era la primera prueba y fue peor que todo lo demás nombrado: cayó 4 a 1 como local frente al Ajax y el tricampeón quedó eliminado en octavos. Y eso que arrancó con la ventaja de ida, pero no supo sellar el pasaje a cuartos, cambiar la cara ante sus hinchas y la noche terminó en una pesadilla histórica.
Salió con todo el equipo de Solari, como para dar vuelta la página de las derrotas ante el Barsa enseguida. Y a los 5 minutos ya tuvo una chance clarísima con un cabezazo de Varane que se estrelló en el travesaño.
Pero cuando no estás en un buen momento, la que no entra en un arco se paga en el otro. Y de contra golpeó el Ajax en su primera aproximación al área de Courtois.

Desde ese momento, el Real Madrid vivió una pesadilla en su propia casa. Sin rumbo, impreciso en el medio, con muchas dudas en el fondo y para colmo con mala fortuna ya que sufrió las lesiones de Lucas Vázquez y de Vinicius.
El ingreso de Gareth Bale mejoró el ataque de los merengues y dos veces el palo negó lo que era el descuento. Para ese entonces el partido ya se había roto, era un ida y vuelta constante con trámite abierto y final incierto.
Así empezó el complemento, con un ritmo frenético de ida y vuelta y llegadas en ambas áreas. Lo tuvo Asensio a los 3′, después Benzema a los 15′, pero en esta lógica también fueron fundamentales las intervenciones de Courtois. Se armó un partidazo.