Tras el triunfo de Francia sobre Bélgica en la primera semifinal del Mundial de Rusia, Inglaterra y Croacia se disputaron la otra plaza al partido decisivo en Luzhniki. El duelo de estilos marcó una clara diferencia que comenzó a resolverse desde los primeros movimientos.
Fiel a su estilo, el combinado británico abrió el marcador a los 5 minutos con un extraordinario gol de tiro libre de Kieran Trippier. El defensor del Tottenham emuló a David Beckham con una exquisita ejecución y obligó a Subasic a buscar la pelota en el fondo de la red. El golazo prematuro encaminó la clasificación del campeón de la edición de 1966, aunque la reacción balcánica no tardaría en llegar.
Un remate de media distancia de Perisic y las constantes asistencias al vacío de Luka Modric conformaron los argumentos más sólidos de los croatas para llegar al empate. Sin embargo, la presencia de Harry Kane representaba un peligro constante, aunque el máximo artillero del certamen no estuviera en su mejor día.
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— FIFA World Cup 🏆 (@FIFAWorldCup) 11 de julio de 2018
En la más clara que tuvo, el goleador expuso sus limitaciones al definir de manera espantosa frente al arquero. Incluso con toda la meta a su disposición, el nueve reventó el poste por el ángulo incómodo en el que se encontraba. De todos modos, la mala intervención del VAR anuló la acción por una supuesta posición adelantada.
En el complemento la constancia del elenco de Dalic dio los resultados deseados. Un centro de Vrsaljko y una corajeada de Perisic conformaron el heroico empate que le dio un impulso notable para continuar en su lucha por la gloria. Además, en la escena siguiente estrelló un remate en el poste que pudo cambiar la historia.